jueves, 26 de abril de 2012

255 UMPA.

Lo que más costaba a los recién llegados era
adaptarse a la humanidad y la absoluta sencillez 
del Maestro, el cual disfrutaba demasiado de las
cosas buenas de la vida y de los placeres de los
sentidos como para encajar en el esquema de lo
que ellos consideraban que debía ser un santo.

Cuando uno de ellos lo comentó con un discípulo,
éste le respondió:

"Cuando Dios hace de un hombre un Maestro, 
no deshace al hombre que hay en él".

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