jueves, 10 de mayo de 2012

334 UMPA.


"¿Qué tiene de original este hombre?"
preguntó un visitante.
Lo único que ofrece es un picadillo de historias,
dichos y proverbios de otros Maestros".

Una discípula sonrió y contó como, en otros tiempos,
ella había tenido una cocinera que preparaba
el más exquisito picadillo del mundo.
Un día quiso ella saber como lo hacía.

"¿Cómo demonios lo haces, querida?
Tienes que darme la receta..."

La cocinera, cuyo rostro se iluminó de satisfacción,
dijo: 
"Bueno, señora, le contaré un secreto:
la carne, la pimienta y la cebolla
no tienen nada de especial;
el picadillo sólo me sale bien
cuando me meto a mí misma en él".

333 UMPA.

Resultado de imagen de feto embarazada
Dijo el Maestro:

"Cuando estabas en el seno materno,
estabas en silencio.
Luego naciste y empezaste a hablar, hablar y hablar...
hasta el día en que te lleven a la tumba.
Entonces volverás a estar en silencio.

Trata de capturar ese silencio que conociste
en el seno materno,
que volverás a conocer en la tumba
y que incluso ahora subyace a este ruidoso
intervalo que llamamos 'vida', 
porque ese silencio es tu más profunda esencia".

332 UMPA.


"¿Cuánto dura el presente: un minuto, un segundo...?

"Mucho menos y mucho más", dijo el Maestro.
"Menos, porque, en el momento en que tratas
de captarlo, ya se ha ido".

"Y más, porque, si consigues entrar en él,
toparás con la ilimitación del tiempo y sabrás
lo que es la Eternidad".

331 UMPA.

Resultado de imagen de amanecer
Para mostrar a sus discípulos lo absurdo 
de una autoridad religiosa cuya fuente no sea la valía
y la competencia personales, el Maestro contó
el caso de un individuo que acudió
a una agencia matrimonial.

"¿Es aquí donde hacen bodas?", preguntó.

"Sí, aquí es".

El tipo tomó entonces una fotografía de una hermosa
joven de veinticinco años y dijo:
"Me quedo con ésta".

"Lo siento, señor, pero no puede ser.
Tiene usted que llevarse a esta otra dama",
le dijo el director de la agencia, a la vez
que le mostraba la fotografía de una mujer
de cincuenta años.

"¿Y por qué he de quedarme con ésa?"

"Por razones de antigüedad", dijo el director.

330 UMPA.


"¿Crees tú en la existencia de Dios?",
preguntó el creyente fanático.

"Responderé a tu pregunta", dijo el Maestro,
"si respondes tú a la mía:
¿es tu silla la primera de la izquierda?"

"¿La izquierda de qué?"

"¿La existencia de qué?", dijo el Maestro.

329 UMPA.


Al igual que hiciera Jesús muchos siglos antes que él,
el Maestro prevenía a la gente contra la religión,
porque, si no se anda con cuidado,
tiene el peligro de santificar la observancia ciega
 de la ley. Y él lo ilustraba del siguiente modo:

Un oficial del ejército preguntó a unos reclutas
por qué se empleaba la madera del nogal
para fabricar las culatas de los rifles.

"Porque tiene mayor resistencia", dijo uno.

"¡Falso!"

"Porque tiene mayor elasticidad", dijo otro.

"¡Falso!"

"Porque tiene más brillo que otras maderas...",
aventuró un tercero.

"¡No seáis estúpidos!", dijo el oficial.
"¡Se emplea madera de nogal, 
porque así está estipulado en las Ordenanzas!"

328 UMPA.


"La felicidad es una mariposa", dijo el Maestro.
"Si la persigues, se escapa.
Si te sientas y esperas tranquilamente, 
se posa en tu hombro".

"Entonces, ¿qué debo hacer para 
alcanzar la felicidad?"

"Dejar de perseguirla".

"¿Y no puedo hacer nada más?"

"Sí. Puedes tratar de sentarte y esperar
tranquilamente... ¡si te atreves!"

327 UMPA.

Resultado de imagen de ojos tapados
Una de las reservas que el Maestro tenía en
relación a los dirigentes religiosos era que fomentaban
en sus fieles una credulidad tan ciega que incluso,
cuando alguno de éstos se atrevía a plantear una duda,
siempre lo hacía dentro de los estrechos límites
de su creencia.

Y contó el caso de un predicador que buscaba
honradamente el que los suyos cuestionaran
lo que él decía, para lo cual recurrió una vez
a la siguiente estratagema:
Les contó la historia de un mártir que,
tras ser decapitado, caminó con su cabeza 
en las manos hasta llegar a un anchuroso río.
Una vez allí, como necesitaba ambas manos
para nadar, agarró la cabeza con sus dientes
y nadó hasta la otra orilla.

Se produjo un momento de absoluto silencio,
y entonces, para satisfacción del predicador,
alguien se levantó y dijo:
"¡No pudo hacer tal cosa!"

"¿Por qué no?", preguntó expectante el predicador.

"Porque, si hubiera sujetado la cabeza con 
los dientes, no habría podido respirar".

326 UMPA.

Resultado de imagen de estatua de un tigre
Cuando le preguntaron qué hacía él 
con sus discípulos, el Maestro dijo:
"Lo mismo que hace un escultor con la estatua
de un tigre: toma un bloque de mármol y le quita
a golpes todo lo que no se parece a un tigre".

Cuando, más tarde, sus discípulos le preguntaron 
qué había querido decir exactamente, el Maestro dijo:
"Mi tarea consiste en golpear una y otra vez
en todo aquello que no es cada uno de vosotros:
cualquier pensamiento, emoción, actitud o pulsión
que se os haya adherido de vuestra cultura
y de vuestro pasado".

325 UMPA.


Una discípula estaba convencida de que era
una persona egoísta, mundana y poco espiritual.
Sin embargo, después de una semana en el 
monasterio, el Maestro la declaró espiritualmente
sana y capaz.

"Pero ¿no habría algo que pudiera hacer para ser
tan espiritual como los demás discípulos?"

A lo cual replicó el Maestro:

Un hombre compró un automóvil y, al cabo de seis
meses, tras una cuidadosa serie de cálculos, llegó
a la conclusión de que no estaba sacándole 
el fenomenal rendimiento que la había prometido
el vendedor. Acudió entonces a un mecánico,
el cual, tras revisar el auto, le aseguró
que estaba en perfectas condiciones.

"Pero ¿no habría algo que pudiera hacer
para mejorar su rendimiento?",
le preguntó el hombre.

"Bueno, sí", dijo el mecánico.
"Puede usted hacer lo que hacen casi todos 
los propietarios de un automóvil".

"¿Y qué es?"

"Mentir acerca de su rendimiento".

324 UMPA.

Resultado de imagen de nacimiento y muerte
"El Maestro que tuve anteriormente me enseñó
a aceptar el nacimiento y la muerte".

"Entonces, ¿para qué has acudido a mí?",
preguntó el Maestro.

"Para aprender a aceptar lo que hay en medio".

323 UMPA.


A propósito de la educación moral de los niños,
el Maestro dijo en cierta ocasión:

"Cuando yo era un adolescente, mi padre
me previno contra determinados lugares de la ciudad.

Recuero que me dijo:
"No vayas nunca a un 'night-club', hijo mío".

"Porque verías cosas que no debes ver".

"Aquello, lógicamente, despertó mi curiosidad.
Por eso, en cuanto se me presentó la primera ocasión,
entré en un 'night-club'".

"¿Y viste algo que no deberías haber visto",
le preguntaron los discípulos.

"Ciertamente que sí", dijo el Maestro.
"Vi a mi padre".

322 UMPA.

Resultado de imagen de estar necesitado
En cierta ocasión, el Maestro oyó casualmente
cómo un discípulo le decía a un visitante:
"Tengo a honra el hecho de haber sido personalmente
admitido como discípulo por el Maestro,
mientras que se cuentan por centenares
lo que han sido rechazados".

Cuando tuvo ocasión, el Maestro le dijo en un aparte:

"Vamos a dejar una cosa muy clara desde el principio:
si tú fuiste escogido, y otros no, fue únicamente
porque tú estabas más necesitado que ellos".

321 UMPA.


"¿Cómo se obtiene la felicidad?"

"Aprendiendo a contentarse con lo que se tiene".

"Entonces, ¿no se puede desear nada?"

"Claro que se puede", dijo el Maestro,
"con tal de tener la actitud de aquel padre al que conocí
en la sala de espera de una clínica de maternidad y que,
cuando llegó la enfermera y le dijo:

"Ya sé que esperaba usted un niño, pero
siento decirle que ha sido niña", replicó:
"Bueno, la verdad es que no me importa demasiado,
porque ya suponía yo que, si no era niño, iba a ser niña".

320 UMPA.

Resultado de imagen de irracional
Cuando el Maestro hizo una observación sobre
la irracionalidad de las creencias de un visitante,
éste le replicó en tono desafiante: "Si creo, es porque es irracional".

"¿No deberías decir mejor: ´Si creo, es porque soy irracional´?
dijo el Maestro.

319 UMPA.


Hablando de los dirigentes religiosos que trataban
de impresionar a los demás con su conducta exterior 
y con su atuendo, el Maestro contó a sus discípulos 
la siguiente historia:

Un hombre llegó a su casa completamente borracho y, 
para que su mujer no se diera cuenta, se le ocurrió la estratagema
de sentarse en el estudio y ponerse a leer un libro:
¿a quién se le ocurriría pensar que estaba borracha
una persona que leía un libro?

Cuando su mujer entró en el estudio y le preguntó
qué estaba haciendo en aquel rincón,
 él respondió alegremente:
"Estoy leyendo, querida".

"¡Lo que estás es borracho!", le gritó su mujer.
"¡Cierra esa maleta y baja a cenar!".

318 UMPA.


En sus años mozos, el Maestro se había marchado de casa
en busca de la sabiduría.

Y las palabras que dijo al partir fueron las siguientes:
"El día en que la encuentre, os lo haré saber".

Muchos años más tarde, esta promesa parecía carecer ya
de toda importancia.
Se dio cuenta de ello cuando supo que,
sin saberlo él en absoluto, la había encontrado.

317 UMPA.

Resultado de imagen de mujer y dentista
El Maestro refirió en cierta ocasión el caso de una mujer
que acudió por tercera vez a su dentista para que le redujera
la dentadura, porque, según ella, "no le cabía".

"Si hago lo que usted me pide", le dijo el dentista,
"mucho me temo que la dentadura no va a encajar en su boca
como es debido..."

"¿Quién ha hablado de mi boca?", exclamó irritada la mujer.
"¡Donde no me cabe la dentadura es en el vaso!"

Y el Maestro concluyó:
"Vuestras creencias pueden ajustarse a vuestra mentalidad,
pero ¿encajan realmente con los hechos?"

316 UMPA.


"¿Cuál es el principal obstáculo para alcanzar la Iluminación?

"La ignorancia".

"¿Y hay un solo tipo de ignorancia o hay muchos?"

"Muchos", dijo el Maestro.
"El tuyo, sin ir más lejos, te exige busca la Iluminación".

315 UMPA.


Cuando el Maestro oyó a un discípulo hablar en términos despectivos de la codicia y la violencia de "la gente del mundo de ahí fuera", le dijo:

"Me recuerdas a aquel lobo que estaba pasando por una época
pacífica y virtuosa y que, al ver a un gato persiguiendo a un ratón,
se volvió hacia otro lobo y le dijo lleno de indignación: 
´¿No va siendo hora de que alguien haga algo
para acabar con tanto gamberrismo?´".

314 UMPA.


"¿Por qué viaja usted tan poco?",
le preguntó al Maestro un periodista.

"Contemplar a una persona o cosa cada día del año 
y descubrir siempre algo nuevo de ella... es una aventura
mucho más apasionante que la que puede ofrecer cualquier viaje", dijo el Maestro.

313 UMPA.

Resultado de imagen de sabios
El Maestro contó que una mujer casada le dijo a otra:
"El otro día conocí a tu marido, y te juro que me pareció
un hombre de lo más brillante. Me dio la sensación
de que está enterado de todo".

"No seas tonta", le replicó la otra.
"¡No sospecha nada de nada!"

"Así", dijo el Maestro, "suele ser el erudito:
alguien que sabe cuanto hay que saber acerca de la realidad
y que ni siquiera sospecha la existencia de ésta".

312 UMPA.


El Maestro escribió al Gobernador una durísima carta
para protestar por la brutalidad con que había sido reprimida
una manifestación en contra del racismo.

El Gobernador le respondió afirmando que no había hecho
más que cumplir con su deber.

Y éste fue el comentario que hizo el Maestro:
"Siempre que un estúpido hace algo de lo que debería avergonzarse, afirma que ha cumplido con su deber".

311 UMPA.


" Lo malo de ti", dijo el Maestro al predicador,
"es que todo lo que dices es absolutamente cierto... y vacío.
Los tuyos buscan la Realidad, y lo único que tú les ofreces
son palabras".

Cuando el predicador quiso saber qué quería decir el Maestro,
éste le dijo: "Eres como aquel hombre que recibió una carta
de una compañía financiera en la que se le decía:
¿Tendría usted la amabilidad de enviarnos la suma total
de lo que nos debe?

Y su respuesta fue inmediata y clarísima:
´La suma total de lo que les debo es de mil quinientos dólares´".

310 UMPA.


El activista social ardía en deseos de cambiar 
las estructuras de la sociedad.

"Me parece estupendo", dijo el Maestro,
"pero lo que necesitamos no es sólo la acción 
que propicie el cambio, sino la visión
que permita hacerlo con amor".

"Así pues, según tú, el cambiar las estructuras es
una pérdida de tiempo..."

"¡De ninguna manera! El cambio de las estructuras
puede proteger el amor; lo que no puede hacer es generarlo",
dijo el Maestro. 

309 UMPA.


Para explicar por qué el santo no es consciente de su santidad,
el Maestro refirió el caso de un amigo alcohólico que había jurado no volver a probar la bebida.

Un día sintió la punzada de la sed,
entró en un bar y pidió un refresco.
Y, mientras se lo preparaba el camarero,
susurró al oído de éste: 
"¿No podría añadir un poco de "Whisky sin que yo lo vea?"

308 UMPA.


Cuando un discípulo manifestó su intención de hacerse predicador, el Maestro no quiso ni oír hablar de ello. Se limitó a decirle:
"Espera. Aún no estás preparado".

Pasó un año; luego dos años, cinco, diez...,
y el Maestro seguía en la misma actitud.

Un día, finalmente, el discípulo le dijo:
"¿No podría hacer algún pequeño bien, 
aunque todavía no esté preparado?"

Y el Maestro le respondió: 
"¿Qué eficacia tendría un cazador que se empeñara
en disparar antes de cargar el arma?"

307 UMPA.


El Maestro reprendió a un discípulo que no hacía más
que meterse en problemas, por su compulsivo afán
de decir la verdad.

"¿Acaso no debemos decir siempre la verdad?",
protestó el discípulo.

"¡Claro que no! A veces es mejor ocultarla".

Instado a poner un ejemplo, el Maestro contó el caso
de aquella suegra que fue a pasar una semana a casa de su hija...
y se quedó un mes.

La joven pareja, finalmente, urdió un plan para librarse
de la buena señora:
"Esta noche, cuando yo sirva la sopa", dijo la mujer al marido,
"nos ponemos a discutir: tú dices que está muy salada,
y yo digo que está sosa; si mi madre te da la razón a ti,
yo me pongo furiosa y la echo de casa; si me da la razón a mí,
montas tú el número y la echas tú".

Se sirvió la sopa, se armó la marimorena, y la mujer
le dijo a su madre: "¿A ti qué te parece, mamá:
está la sopa sosa o salada?"

La señora hundió su cuchara en la sopa, se la llevó a los labios,
la probó cuidadosamente, hizo una pausa y dijo: "A mi me gusta".

306 UMPA.


Cuando un visitante anunció que se marchaba,
porque ya no podía soportar una sola palabra más del Maestro,
un viejo discípulo se mostró comprensivo con él:

"Sé cómo debes de sentirte", le dijo.
"Durante años, yo traté de evitar a ese hombre,
porque sus palabras eran como jaulas que transportaran
a enloquecidas bestias salvajes de la jungla 
a mi pequeño y cuidado jardín.
Habría preferido, con mucho,
escuchar a predicadores cuyas palabras transportaran 
blancos y limpios huesos de un cementerio a otro".

viernes, 4 de mayo de 2012

305 UMPA.


Para explicar cómo lo que busca la mayoría de la gente no es el gozo de la conciencia y la actividad, sino el consuelo del amor
y la aprobación, el Maestro refirió una anécdota de los tiempos
en los que cada noche, antes de dormirse, su hija más pequeña
le pedía que le leyera un cuento de los muchos que contenía
un libro que le habían regalado.

Un día se le ocurrió la idea de grabar los cuentos en una cinta
magnetofónica. La niña no tardó en aprender a manejar
el magnetófono, y todo resultó estupendamente durante unos
cuantos días, hasta que una noche la niña puso el libro
en manos de su padre y le pidió que le leyera un cuento.

"Pero, tesoro", dijo el Maestro,
"ahora ya sabes cómo se maneja el magnetófono..."

"Sí", respondió ella,
"pero no puedo sentarme en sus rodillas".

304 UMPA.

Resultado de imagen de esfuerzo
El Maestro citó en una ocasión las célebres palabras del
Bhagavad Gita en las que el Señor insta al devoto
a meterse de lleno en lo más reñido de la batalla manteniendo,
a la vez, el corazón pacificado a los pies del Señor.

"¿Cómo puedo yo lograr semejante cosa?", preguntó el discípulo.


"Decidiendo contentarte con los resultados, sean cuales sean,

que tus esfuerzos puedan producir".

303 UMPA.


"Ando buscando la paz que proporciona el morir a uno mismo".

"¿Quién es el que busca esa paz?", dijo el Maestro.

"Yo".

"¿Y cómo va tu - ´Yo´ a conseguir una paz que  sólo ha de darse
cuanto tu ´Yo´ haya muerto?"

Y más tarde contaría esta historia:

Cuando murió el viejo vendedor de botones y cintas,
dejó, para sorpresa de todos, una enorme fortuna en
pólizas de seguros.

Lo cual, sin embargo, no sirvió para consolar a su viuda,
que se lamentaba: "Mi pobre esposo... Toda su vida
trabajando incansablemente en la más absoluta pobreza,
y ahora que Dios nos envía esta fortuna,
¡él no está aquí para disfrutarla!"

302 UMPA.


En una noche clara y estrellada,
el Maestro obsequió a sus discípulos con sus conocimientos
de astronomía:

"Aquella es la galaxia de Andrómeda", dijo.
"Es tan grande como nuestra Vía Láctea, y su luz,
a una velocidad de trescientos mil kilómetros por segundo,
tarda medio millón de años en llegar a nosotros.
Está formada por cien mil millones de soles, muchos de ellos
más grandes que el nuestro".

Luego, tras una breve pausa, dijo con una sonrisa:
"Y ahora que ya nos hemos puesto en nuestro lugar,
vámonos a dormir".

301 UMPA.


Para todos los que creían firmemente en algo
-con independencia de que sus creencias fueran religiosas,
políticas o económicas-,
el Maestro tenía este único mensaje:

"Lo que necesitáis no es seguridad,
sino la osadía del jugador;
no un fundamento sólido en el que apoyaros,
sino la destreza del nadador".

300 UMPA.


"¿Cuál es el principal obstáculo para la Verdad?"

"La resistencia a afrontar los hechos", dijo el Maestro.

Y para ilustrarlo contó el caso de aquella gordísima mujer que,
tras descender de la báscula, dijo:
"Según la tabla, yo tendría que medir quince centímetros más".

Más tarde contaría el caso de otra mujer que,
después de muchos intentos, al fin consiguió hacer algo
en relación a su peso:
decidió no volver a subirse a una báscula".

299 UMPA.


"Háblanos acerca del sexo".

"El sexo", dijo el Maestro,
"es divino para los que lo conocen".

"¿Los que lo conocen...?"

"La rana se sienta junto a las flores", dijo el Maestro,
"sin sospechar la clase de néctar que en ellas
encuentra la abeja".

298 UMPA.

Resultado de imagen de espiritualidad
Le preguntaron un día al Maestro:
"¿Cómo se puede encontrar a Dios en la acción?"

Y el Maestro respondió:
"Amando la acción incondicionalmente, con independencia
del fruto que pueda producir".

Al ver que esto resultaba un tanto oscuro para los discípulos,
les contó el caso de aquel hombre que compró un cuadro
por un millón de dólares e hizo enmarcar la factura.

"Lo que él realmente amaba no era el arte", dijo el Maestro,
"sino el prestigio".

297 UMPA.


"¿Es posible ver lo divino?"

"Lo estáis viendo ahora mismo".

"¿Y por qué no lo reconocemos?"

"Porque lo único que hacéis es deformarlo con el pensamiento".

Al ver que no comprendían, el Maestro dijo:

"Cuando sopla el viento frío,
el agua se convierte en unos bloques sólidos que llamamos ´hielo´.

Cuando el pensamiento interviene,
la realidad se fragmenta en una multitud de piezas sólidas
que llamamos ´cosas´."

296 UMPA.


Un millonario llegó al monasterio con la intención de
"enseñarle a ese viejo loco algo de los placeres del mundo,
para que no desperdicie su vida con las privaciones
de un monasterio".

Los discípulos, sabedores del deleite que hallaba el Maestro
en las cosas buenas de la vida, se rieron con ganas al oírlo.
"Enseñar a ese viejo loco a disfrutar de la vida",
dijo uno de ellos, "es como bañar a un pez".

295 UMPA.


El Maestro abogaba inequívocamente por la contemplación
no conceptual, no discursiva, como medio de conocer la Realidad.

"¿Cómo se puede conocer la realidad sin conocimientos?",
preguntó el discípulo.

"Del mismo modo que se conoce la música",
respondió el Maestro.

294 UMPA.


Llegó un dictador al poder, y el Maestro fue arrestado cuando,
desafiando las normas de la censura, repartía octavillas en la calle.

Una vez en la comisaría, se comprobó que lo más subversivo
que había en su mochila era un montón de hojas de papel en blanco.

"¿Qué significa esto?", le preguntó el agente de policía.

El Maestro sonrió y dijo:
"La gente sabe lo que significa".

La anécdota se hizo tan célebre en todo el país que,
años más tarde, no les hizo ninguna gracia a los sacerdotes ver
al Maestro en los templos repartiendo hojas de papel en blanco.

293 UMPA.


El predicador se encontraba de gira por el extranjero.

"¿Crees tú que el viajar le servirá para ensanchar su mente"?,
le preguntaron los discípulos al Maestro.

"No", respondió éste.
"Tan sólo le servirá para propagar por más sitios
su estrechez de miras".

292 UMPA.


El Maestro se burlaba de quienes se erigían en guías espirituales de otras personas, a pesar de estar ellos mismos perplejos y llenos de confusión.

Y le gustaba contar el caso de aquel autor que escribió
una Guía para peatones y resultó atropellado el mismo día
en que salió el libro.

291 UMPA.


Dijo el Maestro:

"Hay quienes piensan que los problemas se resuelven a base
de esfuerzo. Y lo único que consiguen quienes piensan de este modo es mantenerse ocupados a sí mismos y a otras personas".

Los problemas sólo se resuelven a base de conocimiento.
De hecho, donde hay conocimiento no surgen problemas".

290 UMPA.


Un filósofo que no lograba comprender a qué se refería el Maestro
cuando hablaba de "conciencia", le pidió que intentara definirla.

"No se pude definir", dijo el Maestro.

"¿Es lo mismo que pensamiento?"

"No tiene nada que ver con conceptos ni reflexiones",
dijo el Maestro, "sino con esa clase de pensamiento que ejercitas
en momentos de gran peligro, cuando tu cerebro se detiene en seco,
...o en momentos de gran inspiración".

"¿Y en qué consiste esa forma de pensar?"

"En pensar con todo tu ser: cuerpo y mente", dijo el Maestro.

289 UMPA.


Cuando un grupo de peregrinos se quejó de que el Maestro
había herido sus sentimientos religiosos, él explicó
sonriendo que lo que realmente había querido herir era su ego.

Y les contó el caso de un obispo que, tras declarar a
la Virgen de la Cueva Patrona de la Diócesis, se encontró
con que todos los devotos de la Virgen del Templo,
que habían reivindicado para ésta dicho honor, sin conseguirlo,
organizaron una manifestación de protesta y declararon un día
entero de ayuno para desagraviar a la Virgen del Templo.

"¿Habría sido la Virgen de la Cueva la que había herido
sus supuestos sentimientos religiosos?", preguntó el Maestro.

288 UMPA.


Cuando le preguntaron por qué era tan difícil ver,
el Maestro dijo:

Cuando Sam regresó de Europa, su socio y coopropietario
de la empresa, dedicada a la fabricación de ropa interior masculina,
le preguntó con impaciencia:
"¿Pudiste visitar Roma, Sam?"

"¡Por supuesto que sí!"

"¿Y viste al Papa?"

"¿Verle...? La verdad es que me concedió una audiencia privada".

"¡No me digas!", exclamó el otro sin poder dar crédito
a sus oídos. "¿Y cómo es?"

"Bueno, yo diría que su talla es una treinta y seis", dijo Sam.

287 UMPA.


Una de las consecuencias más perniciosas de la religión,
según el Maestro, era que había dividido a la humanidad en sectas.

Y le gustaba contar el caso de aquel niño que le preguntó
a una amiguita:
"¿Tú eres presbiteriana?"

"¡No", respondió ella en tono arrogante,
"nosotros pertenecemos a otra abominación!"

286 UMPA.

Resultado de imagen de providencia divina
Alguien le hizo una pregunta acerca de la Providencia de Dios,
y el Maestro contó la historia de dos judíos que estaban pasando una época de "vacas flacas".

"Yo sé que Dios proveerá", dijo uno de ellos
con mucha convicción.

"Yo sólo le pido que provea mientras tanto", dijo el otro.

285 UMPA.

Resultado de imagen de maestro y discipulo
Un recién llegado, que no se sentía muy satisfecho con lo anterior, le dijo a uno de los discípulos:
"Yo necesito realmente saber si el Maestro es santo o no lo es".

"¿Y eso qué importa?", le preguntó el discípulo.

"Importa mucho. ¿Por qué he de seguirle si él
no ha alcanzado la santidad?"

"¿Y por qué has de seguirle si la ha alcanzado?
Según dice el Maestro, el día en que sigues a alguien
dejas de seguir a la Verdad".

Y añadió: "Los pecadores dicen muchas veces la verdad,
y los santos han hecho equivocarse a muchas personas.
Fíjate en lo que se dice, no en quién lo dice".