
"En el país de la Iluminación,
el aprendizaje es de tan poca utilidad
como las estacas en la guerra moderna.
Lo que allí se requiere es conocimiento", dijo el Maestro.
Y contó a continuación el caso de una discípula suya que, tras contratar como empleada doméstica a una refugiada letona,
descubrió consternada que la muchacha no sabía manejar una aspiradora, ni una batidora, ni una lavadora...
"¿Qué sabe usted hacer?", le preguntó desesperada:
La muchacha sonrió ufana y dijo:
"Sé ordeñar renos".
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