
El Maestro propuso un enigma:
"¿Qué es lo que el artista y el músico
tienen en común con el místico?"
Todos se dieron por vencidos.
La certeza de que el lenguaje más sutil
no es el que articulan los labios",
dijo el Maestro.
El Maestro solía decirles: "Las mejores cosas de la vida no pueden lograrse por la fuerza". "Puedes obligar a comer, pero no puedes obligar a sentir hambre; puedes obligar a alguien a acostarse, pero no puedes obligar a dormir; puedes obligar a que te elogien, pero no puedes obligar a sentir admiración; puedes obligar a que te cuenten un secreto, pero no puedes obligar a inspirar confianza; puedes obligar a que te sirvan, pero no puedes obligar a que te amen.
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