
"La felicidad es una mariposa", dijo el Maestro.
"Si la persigues, se escapa.
Si te sientas y esperas tranquilamente,
se posa en tu hombro".
"Entonces, ¿qué debo hacer para
alcanzar la felicidad?"
"Dejar de perseguirla".
"¿Y no puedo hacer nada más?"
"Sí. Puedes tratar de sentarte y esperar
tranquilamente... ¡si te atreves!"
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