
"Yo necesito realmente saber si el Maestro es santo o no lo es".
"¿Y eso qué importa?", le preguntó el discípulo.
"Importa mucho. ¿Por qué he de seguirle si él
no ha alcanzado la santidad?"
"¿Y por qué has de seguirle si la ha alcanzado?
Según dice el Maestro, el día en que sigues a alguien
dejas de seguir a la Verdad".
Y añadió: "Los pecadores dicen muchas veces la verdad,
y los santos han hecho equivocarse a muchas personas.
Fíjate en lo que se dice, no en quién lo dice".
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