viernes, 4 de mayo de 2012

283 UMPA.


Dijo un día el Maestro: "No estaréis preparados para ´combatir´
el mal mientras no seáis capaces de ver el bien que produce".

Aquello supuso para los discípulos una enorme confusión
que el Maestro no intentó siquiera disipar.

Al día siguiente les enseñó una oración que había aparecido
garabateada en un trozo de papel de estraza hallado
en el campo de concentración de Ravensburg:

"Acuérdate, Señor, no sólo
de los hombres y mujeres de buena voluntad,
sino también de los de mala voluntad.
No recuerdes tan sólo todo el sufrimiento
que nos han causado; recuerda también los frutos
que hemos dado gracias a ese sufrimiento:
la camaradería, la lealtad, la humildad, el valor,
la generosidad y la grandeza de ánimo
que todo ello ha conseguido inspirar.
Y cuando los llames a ellos a juicio,
haz que todos esos frutos que hemos dado
sirvan para su recompensa y su perdón".

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