
preguntó un impaciente discípulo.
"Ve la realidad tal como es"; le dijo el Maestro.
"¿Y qué puedo hacer para ver la realidad tal como es?"
El Maestro sonrió y dijo:
"Tengo para ti una buena y una mala noticia, querido".
"¿Cuál es la mala noticia?"
"Que no puedes hacer nada para ver...; eso es un don".
"¿Y la buena noticia?"
"Que no puedes hacer nada para ver...; eso es un don".
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