
Dijo el Maestro:
"Lo que vosotros llamáis 'amistad',
en realidad es una transacción comercial:
'Responde a mis expectativas,
dame lo que yo quiero, y yo te amaré;
no lo hagas, y mi amor por ti se convertirá
en resentimiento e indiferencia'".
Y contó la historia de aquel individuo que,
al regresar a casa después de un día de duro trabajo,
fue recibido por su mujer y su hija de tres años.
"¿No hay un beso para papá?"
"No".
"Me avergüenzo de ti.
Papá está todo el día trabajando duro
para traer dinero a casa,
¿y es éste el pago que tú le das?
Ven aquí; a ver,
¿dónde está ese beso...?"
Mirándole a los ojos, la preciosa criatura de tres años
le dijo: "¿Dónde está el dinero?"
Dijo un discípulo: "Yo no cambio mi amor por dinero".
Y replicó el Maestro: "¿Acaso no es tan malo,
o peor, que lo cambies por amor?"
No hay comentarios:
Publicar un comentario