jueves, 22 de marzo de 2012

164 UMPA.

 
Cuando le preguntaron cómo se descubría 
el Silencio, el Maestro contó esta historia:

Una fábrica estaba interesada en adquirir
pieles de rana. Al enterarse, un agricultor
telegrafió a la fábrica para comunicar que él
podía suministrar cualquier cantidad
que le pidieran, incluso más de cien mil, 
si era preciso.
La fábrica le telegrafió:
"Envíe una primera remesa de cincuenta mil".

Dos semanas más tarde, llegó a la fábrica
una sola piel de rana con una nota que decía:
"Les presento mis excusas, pero ésa es 
la única piel de rana que he podido encontrar.
El ruido, ciertamente, me engaño".

Más tarde, diría el Maestro:
"Examinad el ruido que hace la gente.
Luego comprobad el ruido que hacéis vosotros,
y descubriréis la nada, el vacío...
y el Silencio".

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