
Y en otra ocasión dijo:
"Cuando seáis capaces de reíros de la vida en su propia cara,
seréis soberanos del mundo...,
exactamente igual que la persona dispuesta a morir".
El Maestro solía decirles: "Las mejores cosas de la vida no pueden lograrse por la fuerza". "Puedes obligar a comer, pero no puedes obligar a sentir hambre; puedes obligar a alguien a acostarse, pero no puedes obligar a dormir; puedes obligar a que te elogien, pero no puedes obligar a sentir admiración; puedes obligar a que te cuenten un secreto, pero no puedes obligar a inspirar confianza; puedes obligar a que te sirvan, pero no puedes obligar a que te amen.
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