
"¿Cómo explica el Maestro
la presencia del mal en el mundo?",
preguntó un visitante.
Uno de los discípulos respondió:
"No lo explica.
Está demasiado ocupado tratando de remediarlo".
Y otro discípulo añadió:
"La gente está siempre luchando contra el mundo
o aburrida de él.
El Maestro, en cambio, está encantado de lo que ve
sea asombroso, imponente, insondable..."
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