viernes, 2 de marzo de 2012

69 UMPA.

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Para el Maestro, todas las normas,
por muy sagradas que fueran,
tenían un valor puramente funcional
y debían someterse a la Realidad,
que era la única Ley Suprema.

Cuando una hija adolescente,
siguiendo la moda,
quiso hacerse un vestido
que dejaba los hombres y la espalda al descubierto,
su madre trató de convencerla
de que no tenía suficiente edad para llevar aquel vestido.
La discusión entre ambas se prolongó varios días.

Cuando, finalmente, pidieron el parecer del Maestro,
éste le dijo a su mujer:
"Deja que se lo compre...
Si el vestido no se le cae,
es señal de que la niña tiene suficiente edad para llevarlo".

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